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22 de Julio de 2022 | 11:39
Abonos y fertilizantes

Consejos prácticos para gestionar un huerto privado

Tomar la decisión de plantar una semilla es, como leer un libro, un objetivo digno para ponerse antes de que acabe el año. Pero, a diferencia del libro, no podemos dejarlo cuando queramos y retomarlo en algún otro momento. Cuidar de un ser vivo, sea planta, sea mamífero, sea pez, siempre entraña una responsabilidad por nuestra parte, tanto afectiva como en cuanto a trabajo pesado. Eso implica investigar a fondo, sobre todo si realmente no somos expertos en el arte de la jardinería. Porque al investigar, descubriremos opciones interesantes, por ejemplo, de fertilizantes orgánicos ecológicos, fundamentales para aportar a nuestra semilla, los nutrientes que la ayudarán a germinar en una lustrosa y bella especie floral o vegetal.

 

Hay muchas razones que nos pueden conducir a esta bonita afición, y lo cierto es que no siempre tiene que ver con adornar un poco los alféizares de nuestras ventanas. Algunas personas viven en condiciones idóneas para incluso cuidar de su propio huerto, por muy pequeño que este sea. Naturalmente, vivir en el campo, más cerca de las áreas naturales que de las urbanas, es ideal para conseguirlo, pero no obligatorio. En plena ciudad, y siempre que no sea una zona de polución excesiva, puede bastar con un patio interior, o aun con una terraza, siempre que incida lo bastante la luz solar. El sol, en estrecha colaboración con el agua y el abono orgánico ecológico, que corre de nuestra cuenta, hará el resto.

 

El huerto en cuestión nos puede servir para plantar algunas frutas u hortalizas relativamente fáciles de cuidar, aunque en todo momento debemos procurar que sean especies que se adapten bien a la climatología del lugar en el que vivimos y, ya de paso, a la estación en la que nos encontremos. Por mucho que apliquemos un buen abono ecológico, si cuidamos de una tipología que crece sobre todo en meses fríos cuando es verano, vamos a obtener muy pocos resultados. La jardinería o la responsabilidad de gestionar un huerto privado, por tanto, requieren por nuestra parte de un compromiso constante con la perseverancia, el aprendizaje y, por extensión, la humildad para reconocer errores.