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26 de Julio de 2021 | 12:31
Pastelerías

Las fábricas de pastelería te están esperando

¿Cuántas veces no hemos querido hacer una tarta, un bizcocho o unas galletas caseras que tengan el mismo aspecto que presentan en los escaparates de cualquier pastelería industrial de Madrid? A fin de cuentas, es fácil dejarse obnubilar por la perfección técnica y artística de la repostería industrial o artesanal que vemos exhibida en estos establecimientos, que de una manera tan honda conectan con nuestro lado más infantil, trasladándonos a momentos del pasado en los que tal vez nuestra madre o nuestra abuela horneaban pasteles para nosotros.

 

Ahora, no solo queremos disfrutar de estas fantásticas creaciones culinarias en un establecimiento especializado, sea familiar, sea una tienda de productos de fábrica de pastelería; también queremos emularlos todo lo posible, al menos si nos gusta la repostería no solo para paladearla, sino para reproducirla. Es decir, si nos gusta cocinar en general. No es sencillo. La repostería es, sin duda, una de las ramas más complejas de la gastronomía. Como antes hemos mencionado, no solo es una cuestión de técnica, sino también de arte. Ha de ser delicioso el resultado, pero también estético.

 

Teniendo esto en cuenta, si algo positivo nos ha legado la situación actual de pandemia del COVID-19, que en general es indeseable y estamos deseando que se termine, es la posibilidad de tener más tiempo libre que invertir en casa. Al menos si no queremos exponernos demasiado a un posible contagio. Sin embargo, también podemos combinar ese tiempo con acudir a una pastelería y llevarnos a casa una de sus magníficas creaciones. No solo para que el tiempo en el hogar se nos haga más llevadero degustando una riquísima tarta, por ejemplo, sino para aprender de ella.

 

Esto, además, podemos repetirlo varias veces al año con motivo de las fechas especiales y tradicionales. ¿O nunca nos hemos planteado intentar hacer nuestros propios roscones de Reyes? Lo que está claro es que en muchas pastelerías madrileñas hay roscones deliciosos. Eso, ya aprendamos a hacer repostería con más o menos arte, no cambiará, y desde luego nuestro paladar agradecerá que de vez en cuando visitemos estos establecimientos. Como mínimo, nos divertiremos.