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22 de Marzo de 2020 | 20:08
Construcción

Protegiendo fachadas y cubiertas contra el clima

Los meses de invierno en ciertas regiones del hemisferio norte son crudas y bastante peligrosas para la salud, ya que por norma general el sol no brilla y hay lluvias abundantes. También ocurre en regiones tropicales, donde el calor puede que sea constante pero la humedad también. Si permanecemos resguardados en casa el mayor tiempo posible, con la excepción de necesidades básicas de supervivencia, como la necesidad de ir al trabajo o al supermercado, nuestra salud no tiene por qué correr riesgos. Sin embargo, en ocasiones no estamos seguros ni en el hogar.

 

Los servicios de rehabilitación de cubiertas lo saben y por eso prestan servicios esenciales a muchos ciudadanos. Las goteras, es decir, las imperfecciones y los hoyos en los tejados y en los techos de ciertas viviendas, pueden causar auténticos estragos cuando llueve mucho, y su reparación es esencial para evitar las humedades nocivas para la salud o incluso la proliferación de moho y microorganismos. De igual modo, no todas las paredes de todas las viviendas son igual de resistentes, y algunas pueden necesitar un refuerzo. De eso también puede encargarse un buen servicio de rehabilitación de fachadas, tanto internas como externas.

 

Por otro lado, no solo la lluvia es peligrosa, y no podemos olvidarnos de aquellas áreas geográficas en las que hay ventiscas fuertes. Aunque a simple vista el viento no cause tantos estragos como la lluvia porque su acción es más lenta y progresiva, con el paso del tiempo puede erosionar paredes y tejados. Esta es otra circunstancia que podemos solventar con relativa facilidad contratando servicios esenciales de rehabilitación de edificios, que a grandes rasgos ofrecen todo tipo de reparaciones para que nuestra casa sea lo más segura posible.

 

Aun así, lo mejor y lo más recomendable que podemos hacer de cara al futuro es modificar al completo la estructura interna de nuestro hogar, es decir, cambiando los materiales por unos más resistentes. Aunque supone una inversión económica, a largo plazo lo notaremos porque nos evitará gastar dinero e invertir esfuerzos en reparar goteras y roturas. Al fin y al cabo, mientras más seguridad haya, mejor.