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13 de Octubre de 2021 | 13:01
Accesibilidad

Conoce todas las ventajas de las sillas salvaescaleras

Quienes no hemos necesitado utilizar una silla de ruedas no solemos ser conscientes de lo afortunados, y sobre todo privilegiados, que somos. No tendremos que afrontar, con suerte, lo que supone tener que utilizar mecanismos alternativos para desplazarnos en edificios públicos sin que ello suponga una merma en nuestra independencia de personas adultas. Tampoco tendremos que experimentar incomodidad en nuestro propio edificio, es decir, donde vivimos, y donde a menudo necesitamos como mínimo preferencia de uso en cuanto al ascensor y la comprensión de los vecinos. A veces, sin embargo, ni siquiera eso es suficiente.

 

Puede que vivamos en un edificio sin ascensor, o puede que tengamos que sortear en primer lugar unas escaleras, más o menos largas, antes de poder llegar hasta él. Si son pocos escalones, normalmente la arquitectura accesible ya contempla la instalación obligatoria de rampas. Si son más, no es tan sencillo, y es entonces cuando es importante instalar sillas salvaescaleras. Por suerte, no hay un solo modelo de silla, las hay que han sido diseñadas para escaleras rectangulares convencionales, y otras para escaleras curvas. Incluso existen las plataformas que, englobadas dentro del concepto de salvaescaleras, facilitan subir sin necesidad de abandonar la silla de ruedas.

 

Por supuesto, hay una serie de ventajas que también convierten las sillas accesibles en cuestión en un recurso de movilidad incluso mejor que los ascensores. Para empezar, no implica ningún tipo de encierro previo en un espacio pequeño, algo que hemos aprendido a valorar y desear desde que la pandemia de la COVID-19 dio comienzo, y a pesar de que los ascensores están ventilados por regla general. De todos modos, elegir entre un ascensor y una silla es absurdo, ya que la idea es combinar ambos recursos según el contexto y la situación.

 

Invertir en ellas, por tanto, es más importante de lo que algunas personas creen, ya que están más acostumbradas al monopolio de ascensores y rampas. Eso sí, hay que saber elegir el modelo tanto en cuanto a adaptación a la edificación en sí, como en lo referente a la variedad de precios de salvaescaleras que podemos encontrar.