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20 de Marzo de 2020 | 12:44
Actualidad

Edificios accesibles con sillas salvaescaleras

La accesibilidad no puede ser un lujo, un privilegio o una opción, sino que tiene que empezar a impregnar cada ámbito de nuestra vida diaria. Debemos empezar por una definición del término más o menos preciso para entender su importancia y su alcance.

Cuando hablamos de accesibilidad, nos referimos a todas aquellas decisiones y estrategias llevadas a cabo para facilitar el acceso a personas con alguna discapacidad auditiva, cognitiva, visual, etc. Ejemplos de accesibilidad son la lectura fácil, textos con una sintaxis, un léxico y una gramática simples para personas con dificultades de comprensión; o la lengua de signos.

Hay otro ejemplo en el que por desgracia pocos locales piensan: las sillas salvaescaleras. Cuando tu bar tiene escaleras de entrada para acceder a un sótano o a una plataforma, tu local, definitivamente, no está siendo accesible, porque las personas que se ven obligadas a ir en silla de ruedas por una serie de motivos se ven obligadas a marcharse. No pueden hacer nada.

Vamos a ver, de una forma somera e ilustrativa, algunos ejemplos de espacios en los que pueden y deben usarse las sillas salvaescaleras:

· Bibliotecas: Las bibliotecas públicas se rigen por el principio legal y ético del acceso a la información para todos los ciudadanos. Eso no sería posible sin construir un edificio bibliotecario sin muros, con sillas salvaescaleras y rampas de acceso.

· Viviendas: Son, de hecho, el lugar en el que más necesarias son las sillas salvaescaleras. Los edificios de viviendas son, por definición, horizontales; y aunque hay ascensor, no siempre es así o puede estropearse. Además, deben instalarse en viviendas personales de dos plantas.

· Pubs y discotecas: Suelen ser los locales de ocio en los que las escaleras de entrada antes mencionadas están más presentes. Las personas con limitaciones de movilidad también tienen derecho a disfrutar de esos espacios, y por ello son obligatorias las sillas salvaescaleras.

· Lugares de trabajo: Quizá no sean particularmente necesarios en empresas a pie de calle, pero si en edificios de oficinas, donde subir y bajar tramos de escalera se convierte en una rutina laboral inevitable. No instalar este tipo de sillas en estos espacios supone una flagrante discriminación en el trabajo para las personas que utilizan silla de ruedas.

La accesibilidad no es fácil de conseguir, pero debemos ponernos siempre como meta darle prioridad en todos los sentidos posibles. Solo así conseguiremos una sociedad realmente inclusiva.