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16 de Febrero de 2022 | 14:25
Fábricas

El bienestar que nos brindan las pastelerías

Cuando pensamos en una fábrica de pastelería, no podemos evitar pensar en pastelerías artesanas, establecimientos de estilo hogareño, y en general locales que, de alguna manera, nos hacen felices con solo existir. Incluso cuando no compramos nada, pasar delante de uno de ellos nos lleva a sonreír, al menos si nos detenemos a admirar las elaboradas tartas de cumpleaños infantiles, o los bizcochos y galletas de todas las formas y sabores posibles. Lo cierto es que reprimir a continuación el impulso de entrar a comprar algo, sea para degustarlo allí mismo o en casa, requiere de toda nuestra fuerza de voluntad en ocasiones.

 

Y es que vivimos tiempos duros y angustiosos. La pandemia de la COVID-19, los confinamientos y las cuarentenas, las variantes nuevas como la ómicron y las sucesivas olas de esta crisis, nos merman la alegría. En estas circunstancias, darnos como mínimo el capricho de disfrutar de algo dulce, un regalo para el paladar, no es exigir demasiado. Por esa razón, acudir de vez en cuando, por ejemplo, a nuestra pastelería industrial de Madrid favorita y llevarnos a casa una porción de tarta o aquello que más nos guste, por lo menos nos hará sentir que nuestra vida cotidiana, si bien limitada en la actualidad, por lo menos sigue concediéndonos algunas alegrías.

 

No cabe duda que no necesitamos ninguna excusa para degustar nuestros dulces favoritos, si bien es verdad, que las fechas señaladas del año nos invitan, todavía más, a disfrutar del placer de degustar postres típicos de determinadas festividades. ¿Quién se atreve a renunciar, por ejemplo, a los deliciosos roscones de Reyes cada vez que llega la Navidad? Normalmente el cuatro de enero ya estamos haciendo cola para llevarnos unos cuántos a casa. Es más, cada vez más personas compran roscones desde el mismo instante en el que se inicia diciembre. Una vez al año, y en este caso un mes entero al año, no hace daño.

 

Los pasteles, de alguna manera, nos hacen felices, nos conceden fuerza y energía, nos proporcionan bienestar. Renunciar a ellos en el contexto actual, en el que ya hemos tenido que renunciar a muchas cosas, no es buena idea.