Rosetta Tool
10 de Noviembre de 2021 | 13:27
Certificados digitales

Las ventajas del certificado digital y los procesos online

Algunas personas experimentan un miedo profundo y real al cambio. Piensan que, en cierto modo, aquello que se vende como evolución positiva, puede convertirse de una manera extremadamente fácil en un retroceso. Es lo que sucede, por ejemplo, en la esfera tecnológica. La llegada de internet revolucionó, en el amplio sentido del término, nuestros modos de comunicarnos, de resolver problemas y de hacer transacciones.

 

Uno de los mayores cambios que trajo consigo la nueva era digital fue, de hecho, la absoluta transformación de las administraciones públicas. Ahora, no es necesario personarse en ningún edificio gubernamental, basta con solicitar certificado digital online o firma electrónica, un conjunto virtual de algoritmos asociados legalmente con nuestra identidad, para llevar a cabo desde casa y en un ordenador con conexión a internet trámites tan esenciales como el pago de impuestos, la presentación telemática de documentos, el pago de tasas de servicios diversos, etc.

 

Este es, sin embargo, uno de esos cambios que dan miedo, sobre todo para aquellas generaciones que todavía recuerdan una vida sin internet. De alguna manera, el procedimiento de obtener firma digital online parece demasiado voluble frente a la seguridad análoga y física del papel y el trato humano directos. Sin embargo, esta idea, o más bien este temor infundado, parte de ideas erróneas. No hay nada más seguro que un certificado digital, y por eso cada vez más personas se animan a conseguir el suyo y, con ello, facilitarse la vida.

 

Porque, más allá de cualquier inquietud que podamos tener respecto a la tramitación online, lo cierto es que la obtención de certificado digital de persona física solo trae consigo ventajas. Ahorro de tiempo, flexibilización de los espacios, eliminación completa de la fase intermedia de la impresión de documentación, etc. Por lo tanto, la única forma de vencer este temor es enfrentándose directamente a esos procesos y darse cuenta de que, en realidad, todo es más sencillo con firma digital.

 

A fin de cuentas, hemos normalizado un proceso que, en cierto modo, también es aterrador, sobre todo en época de pandemia. ¿A quién le gusta hacer cola y tardar horas?