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24 de Mayo de 2022 | 12:58
Seguridad y Vigilancia

Protegiendo nuestro negocio con cámaras de vigilancia

Las películas de suspense y espionaje quizá nos hayan conducido a percibir las cámaras de videovigilancia como instrumentos de control. No obstante, eso es ficción, y la realidad es muy distinta; y si no, que se lo pregunten a los empresarios de los pequeños comercios, que a diario sienten el miedo de fondo de que alguien irrumpa en su tienda de madrugada y robe sus productos, su dinero, el fruto de sus esfuerzos. En otras palabras, la instalación de cámaras de seguridad en el mundo real, y no en las películas que presentan situaciones poco creíbles, supone conseguir una mayor protección de los negocios, y aun de la propia vida. Porque la posibilidad potencial de que dichos robos se produzcan cuando tenemos el local abierto, por desgracia, siempre está ahí.

 

Los emprendedores, por tanto, una vez empiezan a desarrollar el esquema presupuestario de sus próximas inversiones, deberían en todos los casos incluir un epígrafe dedicado a la seguridad. En él, sería conveniente incluir como mínimo un grupo pequeño de cámaras de vigilancia analógicas. Dos o más situadas en esquinas clave, que permitan grabar absolutamente todo lo que ocurre en el comercio desde todos los ángulos posibles, ayudará de manera notable en cualquier investigación policial que pueda haber a continuación si sucede lo peor. Naturalmente, las cámaras deben complementarse con otros instrumentos diseñados precisamente para evitar lo peor, como la alarma de seguridad conectada directamente a la policía, o las puertas de refuerzo y las verjas.

 

Por último, aunque no por ello menos importante, está la cuestión de cómo elegir la mejor cámara posible. Cuando nos pongamos a investigar productos de videovigilancia, veremos que hay muchos modelos distintos en el mercado: desde las sofisticadas y complejas IP o las cámaras CCTV, hasta las ya mencionadas analógicas que, de hecho, colocamos por defecto en nuestro ejemplo abstracto anterior. Porque, en realidad, las analógicas son tan buena opción como las otras, cumplen su cometido y para muchos pequeños empresarios resultan económicas. Si bien la principal conclusión que debemos sacar es que cualquier cámara, más o menos moderna, con más o menos prestaciones, es idónea para la vigilancia.