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18 de Octubre de 2021 | 14:04
Empresas

Rejas y terrazas de aluminio, seguridad y estética

En ciertas épocas de nuestra vida, sea por elección personal o por necesidad, buscamos pisos de alquiler en internet. Normalmente estamos interesados en mudarnos a uno mayor, o tal vez en empezar a vivir en una zona cercana a nuestro nuevo empleo o el curso universitario que estamos a punto de empezar. En cualquier caso, la primera fase del proceso es buscar un piso que, aun con sus defectos, nos guste y nos resulta agradable. Este proceso se alarga en grandes ciudades, como por ejemplo Madrid, en parte por lo grande que es en sí la urbe, pero también porque no es sencillo encontrar precios de alquiler asequibles en la capital.

 

Esto significa que solemos actuar con cierta exigencia a la hora de encontrar un piso que cumpla con unos estándares mínimos de calidad y confortabilidad. Sin embargo, esta actitud, si bien es positiva, puede ser errónea en algunos de esos aspectos. Por ejemplo, si encontramos un piso que tenga rejas en Madrid ya instaladas, o que las exija porque tal vez es un bajo que da a la calle y no es todo lo seguro que nos gustaría que fuera. Muchas personas tienen la idea preconcebida de que las rejas, instaladas en las ventanas de un hogar, despojan al piso de esa palabra. Pero las rejas en Madrid están diseñadas para ser seguras y agradables de ver al mismo tiempo.

 

Más allá de eso, hay un sinfín de situaciones en las que son útiles; tanto las rejas, como necesidades de seguridad y precaución similares pero adaptadas por ejemplo a balcones al aire libre, como pueden ser las terrazas de aluminio de Madrid. Si nos mudamos con niños pequeños o mascotas a pisos altos, por ejemplo, no querremos que se acerquen a las ventanas en un descuido, y las rejas ayudarán.

 

En resumen, bastante estrés acumulado tenemos ya protegiéndonos de una pandemia demasiado larga como para sumar la angustia de sentirnos inquietos en nuestra propia casa. No debemos subestimar ni la seguridad y el aspecto hogareño que pueden ofrecer las rejas, ni nuestra propia capacidad de adaptación a esa circunstancia.